viernes, 6 de noviembre de 2009

Noviembre literario:"Diversos Instantes del Reino"

Esta edición Noviembre del blogs de arte esta dedicada a la obra del cantautor y poeta chileno Patricio Manns, cuyo titulo es "Diversos Instantes del Reino", novela cargada de fuertes simbolismos y lírica latino americana, auténticamente nuestra y muy, pero muy contemporánea.
Me gustó mucho la imagen del Águila de piedra y el paralelismo con el Cóndor, indiscutible presencia de nuestro pasado precolombino y del espíritu de nuestra tierra.Lo recomiendo para leer y disfrutar.

"Los mas antiguos de los antiquísimos antiguos dejaron narrado que unos ejércitos en son de guerra pasaron por aquí hace cuatro mil ochocientas lunas. Sus adelantados se toparon de manos a boca con la ríspida cabeza del águila que preside las cuevas. Como la cabeza yace oculta a medias bajo una de la alas de piedra, y la cabeza tiene cerrado los ojos de piedra, consideraron que estaba mas que dormida en los estuarios de un sueño sin retorno. Por eso decideron bautizarla así.
Justo debajo del águila,en derredor suyo, pero jamas encima suyo, se trenzaron los más asperos combates, la mayor parte cuerpo a cuerpo.En la mitad de la batalla, el enemigo, ocupado tanto en matar como en morir, no reparo en un desamparo que se le venia por el centro: el águila había levantado la cabeza, había abierto los ojos, y los miraba echando espuma de fuego por entremedio de los párpados, mientras las aguas claras del arroyo comenzaban a cambiarse por un color bermejo. No alcanzaron a enterarse que tal cosa sucede cada vez que la aldea, y con ella la gente de Muerte puta, es agredida y repele los ataques.(...)

(Diversos instantes del Reino, P. Manns. "Acerca de los nombres")







"...Los pretéritos han dejado dicho que las batallas se prolongaban por lunas y lunas. Que inagotables guerreros peleaban apoyados en la sombra, atizados por una corajina incontrolable, enfrascados en la dura determinación de perdurar recordándolo todo(...)

Los guerreros comprendieron de repente que no era tán solo la tierra, sino el oro, los macabros relámpagos del oro, lo que multiplicaba el heroísmo de las armaduras(...)En la altura de la noche, en la noche de la altura, un enorme cóndor, envuelto en carnívoras plumas, provisto de acerado graznar, analfabeto de piedad, picoteaba el hierro y rajaba las celadas para triturar ojos y lenguas que miraban y hablaban, que fruncían los ceños e invectivaban con foránea codicia..."

(Diversos Instantes del Reino, Patricio Manns,"Adusta relación de las borrascas fundadoras")